Sostenibilidad, salud y ocupación son tres factores irrenunciables en los nuevos sistemas de oficinas. El valor añadido que estas aportan para promotores, gestores y usuarios merece una atención mayor, por cuanto el mercado, los trabajadores y la sociedad en su conjunto reclaman de forma inequívoca espacios que fomenten el rendimiento personal e incluyan altas cotas de bienestar, sostenibilidad y ahorro energético.

Si el COVID-19 nos brindó la ampliación del homeoffice como forma de organización, el período pospandemia ha puesto de manifiesto que la oficina sigue siendo preeminente por cuestiones organizativas, productivas y representativas. La inmensa mayoría de los trabajadores no disponen del espacio necesario en casa para tener un despacho ni quieren convertir su hogar -su reducto de confort personal- en una prolongación de su dimensión laboral.

Por otro lado, no existe compañía privada o pública que sea capaz de soportar la imprescindible inversión de oficina que la represente, donde coordinar sus acciones, generar conocimiento y recibir a clientes o potenciales inversores, si esta oficina está vacía. El factor de ocupación es capital en cualquier balance económico.

El secreto: una respuesta eficaz

La respuesta a este puzzle son las sedes laborales saludables, interconectadas y reconfigurables en función de usos o necesidades. Solo así se alcanza el máximo rendimiento y bienestar, con espacios de trabajo de los que los que los empleados quieran formar parte.

Desde Ruiz-Larrea compartimos la preocupación de nuestros clientes. Por eso, desde R_lab hemos desarrollado 16 estrategias que conjugan las necesidades de ocupación y máximo rendimiento. Soluciones que hemos implementado con éxito para Sanofi, Vueling o Zurich Insurance e instituciones como el Banco de España o el Consorcio de Compensación de Seguros.

Todo nuestro conocimiento, a disposición de las empresas líderes de cada sector.